Un cuento de Ulises Gutiérrez Llantoy
Ella> Holaaaa. ¡Feliz cumpleaños!
Yo> ¡Oye! ¿Y ese milagro?
Ella> Para que veas, pues: todavía me acuerdo de tu cumple.
Yo> Te sigues acordando mal: mi cumpleaños fue ayer.
Ella> La diferencia horaria, pues.
Yo> Con la diferencia horaria te pasaste dos días. No seas viva.
Ella> Ja, ja, ja. No cambio, ¿no? Tarde, pero me acordé, pues. Y, ¿en qué andas? Resaqueadaso, seguro.
Yo> No, nada, estoy en Colcabamba, más tranquilo que una tarántula en su telar.
Ella> ¿En Colcabamba? ¿Hay Internet en Colcabamba?
Yo> Claro pues. ¿Tú qué crees? ¿Que sólo en Nueva Zelanda tienen Internet?
Ella> ¿En serio? ¡Qué loco!
Yo> Mis paisanos ya no gritan mensajes de cerro a cerro, ya no caminan horas para cerrar un trato, mis paisanos ahora wasapean. Y en quechua: ¡Mama, Rufilia, mayta richkanki! ¡Tantata apamuway!
Ella> ¡De Colca a Auckland chateando en tiempo real! ¡Qué loco! Cuando vivíamos en Huancayo, quién iba a imaginar que un día nos comunicaríamos así, ¿no?
Yo> Quién iba a imaginar que te irías tan lejos.
Ella> La vida, querido, la vida. El destino. ¿Y qué haces en Colca? ¿Estás con tus hermanas?
Yo> No, querida. Estoy solo, con mi vieja, refaccionando la casa de mi abuelo. Los años, la distancia, el olvido lo han maltratado y necesita arreglos. Como alguna vez te dije, el día que llegue la hora de desarmar el teodolito, el día que llegue el retiro y me jubile, aparcaré aquí. Aquí se puede leer y escribir todo el día, se puede vivir del aire: tomo una de las paltas que tengo madurando en la cocina; entro al huerto, tomo una lechuga, unos tomates y me preparo una ensalada; subo a la pirua, unos puños de maíz y tuesto mi cancha; voy al mercado, compro un kilo de papas huayro, unos quesos, muelo mi qapchi y mato el hambre con un sol; 0.3 dólares, para que te hagas una idea. Ah: y hay Internet.
Ella> ¡Qapchi con papa huayro! ¡Qué rico! Hace mucho que no como papa huayro con queso, con palta, con ají. Ya estoy comenzando a salivar. Debe ser de noche allá, el cielo debe estar hermoso.
Yo> Sí. Un oscuro cielo pende sobre Colcabamba, sobre el patio de mi casa. Un cielo llenecito de estrellas, la luna mengua al este en forma de tajada de queso sicayino; The Church suena en los parlantes. Una cerveza en la mano y esta sería una noche perfecta.
Ella> ¡The Church! ¡Qué retro! ¿Qué canción estás escuchando? Lo busco en YouTube, cosa que la oímos al mismo tiempo.
Yo> Busca Under the milky way. ¿Te acuerdas?
(…)
Ella> ¡Wou! ¡Esa canción! ¡Años que no la escuchaba! ¡Qué loco estar tan lejos y escuchar la misma canción, los dos, al mismo tiempo!
(…)
Ella> Hello… ¿Dónde andas?
(…)
Yo> Fui a comprar un par de cervezas. Salú.
Ella> ¿De veras?
Yo> Claro pues. Es mi cumpleaños, ¿no?
Ella> Entonces voy a buscar un vinito y somos.
Yo> Mira esta foto que tomé hoy de Colca. ¿No es para tomarse dos cervezas?
Ella> ¡Qué paja! Esa es una de las cosas que más extraño de Huancayo: el sol, las nubes, el cielo tan limpio que teníamos.
Yo> ¿No extrañas el Alfa 2000?
Ella> ¿Alfa 2000?
Yo> La disco donde nos conocimos, pues. ¿Ya no te acuerdas? Tell me lies, tell me sweet little lies♪♪♪.
Ella> Qué te pasa, oye. Yo era una señorita del María Auxiliadora, una señorita de su casa, papasito; nada de discotecas.
Yo> Qué tonto soy, ni siquiera he preguntado cómo te va. ¿Cómo estás? ¿Todo bien?
Ella> Todo bien. Nada nuevo. Tú vida siempre es más interesante. ¿En qué andas? ¿Qué estás escribiendo? ¿De verdad estás solo?
Yo> Estoy corrigiendo mi novela por 1,543va vez. La tranquilidad de la casa y la paz del pueblo ayudan. Me emociona leer cosas imaginadas aquí y en Huancayo, como si realmente hubieran acontecido… ¡Tougher than the rest de Bruce Springsteen está sonando en los parlantes! Ahorita sí me corto las venas.
Ella> Lo busco en YouTube. Pero antes de cortarte las venas dime salud, ya tengo mi vinito. ¡Feliz cumpleaños, querido!
(…)
Ella> Saluuuuud. ¿Ya te fuiste o se fue el internet?
(…)
Yo> Un vecino llamaba a la puerta, pero ya lo despaché. ¡Salú! Ya me corté las venas. En lugar de sangre, brotaron luciérnagas. Se fueron volando, relumbrando; volando, relumbrando y se perdieron en la oscuridad.
Ella> Ya acabaste con la botella cerveza, me parece. Debes sentirte en el Alfa 2000, jeje. Háblame de Colca. Nunca me llevaste a conocerla.
Yo> En un par de días empieza la fiesta de Santiago, hay harta gente llegando al pueblo. Hace frío, pero no tanto. No hay viento, no hay lluvias, no hay ruidos. Solo el silencio de la noche y un par de murciélagos cruzando a ratos en el fondo del huerto. ¡Salú, murciélagos! ¡Chupen mi sangre! ¡Chupen conmigo!
Ella> ¿Murciélagos? ¿De verdad hay murciélagos?
Yo> Plag, plag, plag, vuelan torpes por el patio, se acercan al fluorescente de alumbrado como niños que juegan con el fuego de una fogata: saben que pueden quemarse, pero insisten en el peligro; plag, plag, plag, huyen del resplandor de la luz, y se refugian de nuevo en la oscuridad de los árboles. También yo soy un murciélago ahora. Soy el Bruno Díaz de Colcabamba.
Ella> ¡Qué miedo! ¡Murciélagos!
Yo> Y tú, ¿qué estás haciendo?
Ella> Preparando el almuerzo para mi esposito y mis hijos.
Yo> Creo que cocinar para alguien es un acto de ternura suprema. Hacerlo de vez en cuando, quiero decir; no como una obligación marital. También yo cocinaba hace años, hace años cuando era tierno.
Ella> Ah, no sé, a mí nunca me cocinaste ni yuyo de ataqo. Ese yuyo con cancha que vendían las mamas wankas en el mercado Modelo. ¿Te acuerdas? ¿Cómo es la casa de tu abuelo? ¿Es de adobe?
Yo> No, es de kankas. Piedras calcáreas, bloques de carbonato de calcio acumulado en millones de años de filtración de aguas subterráneas. Haces zoom a las paredes y puedes ver vegetales e insectos prehistóricos fosilizados en la superficie. Una casa enorme y semivacía, por eso la música tiene su propio reverb, su propio efecto surrounded: suena como si estuviéramos en el Alfa 2000.
Ella> Jeje. Hace años que no voy a una disco. Aquí los gringos no son mucho de bailar.
Yo> Cuando estés por Lima te llevaré a bailar a una de las baticuevas.
Ella> ¿Todavía vas a las baticuevas? Esos años, ¿no?… Qué paja suena The Church. Recién le he prestado atención a las letras: Sometimes when this place gets kind of empty/sound of their breath fades with the light/I think about the loveless fascination/ under the Milky Way tonight. La he vuelto a poner, la estoy bailando.
Yo> Something shimmering and White/Leads you here despite your destination ♪♪♪.
Ella> Soy una murciélaga: Plag, plag, plag, vuelo hacia el fluorescente; plag, plag, plag, vuelo hacia la luz.