Por: Jorge Yangali Vargas
Foto: Marco Miranda
En Mades Medus (1999) de María Teresa Zuñiga Norero se aborda la precariedad del gremio teatral-circense que ya no tiene público que vaya a ver su espectáculo pues la gente se ha ido a ver los espectáculos de la compañía de Moliere.
La textualidad de esta pieza de Zuñiga Norero fue concluida en mayo de 1999 y su teatralidad aconteció por primera vez en octubre del mismo año. Vale decir, que estamos ante una obra de cambio de siglo y milenio. En tal sentido, Mades Medus sigue uno de los tópicos iterativos en la dramaturgia de su autora: el apocalipsis, y los saberes que de él se desprenden, tal como lo podemos observar en la siguiente cita:
Medus: Esta es una guerra difícil, todo el mundo quiere intervenir. La gente habla del juicio final. Las biblias se venden como pan caliente en todos los idiomas y en todos los estilos; hay ediciones resumidas a siete páginas. Todo está muy movido. ¡No sé cómo diablos voy a hacer para cumplir con las festividades del nuevo milenio! Además…
Mades: (Interrumpiendo) ¡Arrojaron otra bomba, señor!
La guerra apocalíptica o de fin de milenio de la que están hablando los dos personajes forma parte de uno de los diez ensayos que a lo largo de la obra ejecutan. Los ensayos que estos dos personajes realizan son de distinto contenido uno del otro: ensayos que van desde trabajar la voz en su rutina actoral hasta la ejecución del algunas “improvisaciones”. Ejercicios escénicos que son marcados en el texto por la autora a través de las didascalias metamórficas. Como lo leemos en la siguiente cita:
Medus: (Como arlequín) ¡No se distancie señor, levántese y llévese su yo! Que en los trenes la cosa está que arde, el que no tiene su yo en la cartera, pierde la razón.
Mades: (También de arlequín) ¡Dirá usted la identidad!
Los ensayos que realizan los dos actores de circo nos permite observar en la textualidad de la pieza el entretejimiento de múltiples estructuras narrativas, de las cuales una es la principal, a la que denominamos “versión” por su carácter hegemónico y conductor de la historia que vemos en el escenario frente a las otras estructuras (los ensayos) a los cuales denominamos “sub-versiones” que micropoéticamente reconfiguran la versión.

La versión es lineal y en la estructura aristotélica del drama tiene que ver con la fábula o el argumento. Detallémosla: Dos actores, Mades y Medus, se encuentran dentro de la carpa del circo. Mientras esperan al público, ellos están ensayando e interpretan a dos arlequines que asumen roles de diferentes historias. Medus, el más joven, tiene tuberculosis por lo que padece de constantes accesos de tos, hasta que uno de estos paroxismos lo fulmina luego de ensayar la parte final de su espectáculo: la canción de despedida.
Medus La noche amenaza la claridad,
el viento corta las risas
y este hombre que se atiza,
[…]Terminando de interpretar esta canción, Medus tose, agoniza, se debilita, muere y Mades absorto en la interpretación de su acordeón no se percata de la muerte de su compañero. Ante los silencios de su compañero advierte la esperada muerte de su joven compañero y entiende que el último número que éste había representado fue hecho con el propósito de despertar en él, el viejo Mades la ilusión ver la carpa llena de gente. Fin de la versión.
No es la muerte de Medus la que le devuelve la utopía a Mades sino la lectura que este hace de la sub-versión representada (durante el ensayo de la canción) y presentada por el mismo Medus.
Para ampliar nuestra comprensión de la tensión entre la Versión y subversión, conozcamos el final de la obra en la que tenemos a un desencantado Mades que recuerda y repite “algunos textos de Medus”:
Mades: “Anoche caminé con los muertos y ya los conocía, todos tosían como yo. Un día soñé que la gente salía a las calles. Son mis pulmones que se derriten como cera. Déjame, déjame cargar mi cruz en público, a gritos con los brazos en alto, hasta que mueran las flores y me invada el musgo. ¿Uno viene premeditadamente al mundo? Tú naciste en una barca de papel con tus prematuras arrugas[…] ¡Es cierto, el mundo se divide en tres! No hablemos más, la herida sangra por la lengua”.
Esta repetición final es fragmentaria y aleatoria. Fragmentos de memoria que Mades reproduce a modo de elogio, de homenaje. Fracciones de discurso que nos obliga a los espectadores a reanimar toda la obra entre los parlamentos de Medus. Estrategia para recuperar la escritura, la voz, la epistemología de Medus. Epistemología disparatada y creativa. Para finalizar quisiéramos señalar que la Versión como texto hegemónico, siempre tendrá alrededor suyo sub-versiones como los “ensayos” de Mades Medus que la reptan disparatando la lógica dominante.
* El presente texto forma parte de un artículo más extenso.